Hace unos días subí una historia contando que fue difícil cancelar mis planes de entrenamiento, comida sana, tomar agua y trabajar, porque una amiga me visitó todo el día y los planes cambiaron.
Y recibí un comentario, de una persona que ni siquiera me sigue, diciéndome que soy una exagerada y que, por ser nutricionista y promover un estilo de vida saludable, no debía publicar algo así…
Lo peor es que me hizo dudar, pero gracias a mi trabajo interno muy desarrollado, ese pensamiento no duró ni un minuto. Me contesté: "Janet, ni se te ocurra ponerte mal por mostrar que no sos perfecta."
Cuando empecé con mi Instagram de @nutricoachjanet, lo hice con muchos miedos. Más allá de todo lo que hay que saber para generar contenido y bla bla, me daba miedo mostrarme. Porque en redes se ven nutris que comen siempre todo divino, que tienen unos cuerpazos, coachs que ya tienen la vida resuelta y manejo de problemas a la perfección…
Y me generaba mucha carga, mucha responsabilidad inventar una Janet nutricionista-coach perfecta.
Al final pasaban los días y yo no tenía contenido… porque nada era acorde a la perfección de redes sociales.
Un día, haciendo los ejercicios de @romimanifiesta, que hacía una pregunta: ¿Qué quiero transmitir? ¿Qué quiero comunicar?, mi respuesta fue:
"Que la perfección no existe."
Y así fue que empecé a subir contenido, muy muy lejos de ser el ideal, muy lejos de estar bien editado, de ser llamativo o tener ganchos.
De a poco empecé con este blog, y semanas después empecé a compartirlo en mis historias para que me conozcan.
No quería que conozcan a la Janet que los impulsa a tener una vida organizada, con buenos hábitos saludables, pero que hay días que no se puede levantar de la cama.
¿Pero saben qué?
Soy una persona.
Que encima, vive en otro país, sin su familia, habla tres idiomas, busca los mil y un caminos posibles para tener ingresos y no volver a vivir con tristeza y estrés en un trabajo explotador.
Hago terapia todas las semanas, aunque me haya formado para ser coach. Porque puedo ser la persona más empática de este mundo, pero me cuesta serlo conmigo.
Hoy trabajo para que no me importe mostrar mi vulnerabilidad, no me importe pedir ayuda ni reconocer cuando no puedo más.
Lucho de lunes a lunes con una Janet que hace todo al pie de la letra, y pocas horas al día sale a la luz la Janet que está escribiendo ahora:
la que baila sin vergüenza,
se ríe a carcajadas de sus chistes tontos,
se permite dormir una hora más cuando lo necesita,
o llorar cuando extraña Argentina.
Soy estructurada, organizada, disciplinada… y trabajo día a día para hacerlo con amor y no desde la autoexigencia (por eso es un tema que manejo tan bien).
Por eso creé un grupo de WhatsApp, donde se formó una linda comunidad que busca mejorar sus hábitos.
Para ayudarnos, guiarnos, y que respetemos los ritmos y tiempos de cada uno.
Un pasito chiquito a la vez, caminar los grises y no correr hacia un blanco o negro.
Hoy estoy feliz de mostrarme, y no me da miedo que piensen que, porque escribo esto, no estoy capacitada para ejercer o ayudarlos en sus caminos.
Creo que, incluso, soy la persona ideal.
No solo me formé durante años en lo académico, mis años de introspección y conocimiento interno me hicieron ser la persona profesional que soy hoy.
Gacias por leerme ♥
Abrazo de oso!
Jan
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